
Si
hay una Institución que siempre salió victoriosa de los
ataques, es indudablemente Huracán.
Un
club que tuvo su época de gloria hasta el
año 1.997 cuando el puntal de los proyectos, Alberto Lima dejó de existir.
A partir de ese momento lo bueno hecho nunca fue aprovechado para lograr la
continuidad de todo lo proyectado. El
ideólogo partía hacia el más allá dejando obras y propiedades que marcaron la
visión futurista que tenía.
Pero, pagó
muy caro el amor por los colores. Luego
de darles el pan y la torta a muchos jugadores que eran considerados
ídolos, estos iniciaron distintas demandas y los juicios laborales hicieron tambalear los
bienes familiares.
Ese año 1.997 quedará
marcado en la historia del “globo”,
como el límite entre el antes y el después.
Luego de la dolida desaparición el cambio no se hizo esperar.
“Tucho” Gonzales asumió provisoriamente
hasta que Raúl Topa López se hizo
cargo de conducir los destinos de la institución.
En su segundo periodo como presidente, tuvo que sacar el pecho junto a los
dirigentes que lo acompañaban, para frenar la embestida del
sindicalista canillita Héctor Benítez
que buscaba apoderarse del club.
Lo más
interesante y risueño, es que el actual Vicepresidente
Roberto “mono” Báez impulsaba y respaldaba la movida del “rana”.
Después,
Jorge Chávez tuvo la continuidad del mando siendo electo
presidente.
Pero, nunca las aguas
estuvieron calmas y si no hay pelea parece que no sirve.
Ocurrió lo mismo pero a la inversa, “koki” Chavez tuvo que repeler la intempestiva aparición de “Topa” López, quien volvía a escena pero no de la
mejor manera.
Luego del acto
eleccionario de ese momento, que estuvo plagado de irregularidades, “Topa” ganó las
elecciones y se posicionó nuevamente al frente del club durante seis meses, periodo
recordado por algunos “supuestos”
subsidios recibidos, hasta que la Dirección
de Personería Jurídica no convalido lo sucedido quedando sin efecto todo lo
actuado, siguiendo Chávez hasta la elección
de Oscar Pelinski.
Peleas, rencillas y desencuentros
marcaron este sinuoso camino recorrido desde la muerte de “cuco”.
Y hasta la fecha, nunca se pudo conformar un grupo homogéneo de trabajo como en épocas pasadas.
La observación es un poco odiosa, el antes
a nuestro entender marca otros tiempos, distintos si se quiere, donde lo
primordial era respetar a la institución por encima de todas las cosas y
defenderla a muerte.
El después nos
muestra una disociación casi permanente de los valores inculcados por quienes
fundaron el club y trabajaron para engrandecerlo.
Actualmente los intereses personales
siempre están en contra de los intereses generales.
Todo sigue igual, unos u otros lo único que intentan es defender sus
propios espacios, ganados gracias a la Institución.
Y con José "pepe" Trova a la cabeza, vamos de igual manera, pero esa es otra historia.