Eso podríamos pensar después de evaluar lo sucedido en cancha de Candelaria con la expulsión de Horacio Galeano.
Es correcto…? Tal vez. Conociendo la trayectoria del número “uno” nos parece que no. Horacio es un “mimado” del club de Rocamora donde nació futbolísticamente y en este momento vuelve para aportar toda su sapiencia.
Pero, no es la primera ocasión que lo expulsan, hemos visto las mismas actitudes como la que tuvo ayer en otras oportunidades y le costaron por consiguiente, la tarjeta roja.
Nadie puede negar las condiciones de Galeano como “golero”, pero tampoco podemos esconder sus mañas que lo llevan en determinados momentos a hacerse expulsar inocentemente dejando a su equipo diezmado.
Huracán lo necesita, esperemos que internamente recapacite y piense que él es importante para el equipo por todo lo que representa.
El “globo” logró el ascenso con gran sacrificio y los chicos que siguen en el club han demostrado que tienen hambre de gloria, que la juventud bien encaminada se puede tornar importante para un objetivo.
Por el bien del futbol y de Huracán, esperemos que Horacio Galeano se involucre en este proyecto porque puede ser uno de sus valores más importantes.
Por su parte, Rubén “benco” Horrisberger otro hijo del “globo” experimentado, a pesar de sus 48 años que no le pesan, jugó un partido
increíble, con gran sacrificio y amor propio corrió incansablemente hasta que lo echaron.
Como tantos otros futbolistas, los árbitros le cobran portación de apellido. Es reconocido “benco” por su temperamento y juego fuerte, que no significa “desleal” y en Candelaria el árbitro Cristian Cañete lo expulsó en una jugada que no tenía consecuencia alguna, porque el medio campista regresaba a su terreno y en el camino, no sabemos por qué, lo enviste a Diego Chávez.
La experiencia, tanto de Horrisberger como de Horacio Galeano no fue bien aprovechada en este partido.
Otro que vio la tarjeta roja fue el ayudante de campo de Candelaria, el “verborrágico” Rigoberto Espinosa.
Se retiro del campo expulsado y marcó la nota pintoresca de la tarde.
Tomó su bicicleta que estaba recostada por el banco de suplentes y apuro la marcha saliendo del campo de juego por detrás del arco sur.
Rigoberto, reconocido por su metafórica frase; "cuando muera quiero que mis cenizas se esparzan por el campo de juego de candé", también posee un programa radial deportivo en la antigua capital, donde expresa diariamente sus punzantes criticas contra el “Sudafricano” presidente de la Liga Posadeña, Luis María Valdovinos, que dicho sea de paso, no concurre a ver los espectáculos locales, porque tiene miedo de los insultos.
El “Ogro” no quiere salir de la cueva…